25 de abril de 2011

De fantasía y metáfora

No me he enterado hasta la última página, pero que mi adorado Juantxu, el bajista de Platero y tú, haya participado, aunque sea de refilón, en ‘El viaje íntimo de la locura’, el debut como novelista de Robe Iniesta, ha hecho que la obra sumase un montón de puntos. Sí, lo siento. A veces me gusta simplificar y detalles sin importancia como éste me hacen de pronto reflexionar y llegar a una conclusión completamente alejada de la anterior. Forma parte de mí y no voy a dejar de hacerlo. Y aunque me esperase muchísimo más de la prosa de un señor que con sus versos en forma de canción me ha hecho estremecerme una y mil veces, no voy a ser dura. Precisamente porque esta historia ha salido de una pluma, que es responsable directa de que mi vida tenga banda sonora.


Con todo lo que ya he dicho, os imaginaréis que las expectativas eran grandes, muy grandes. Cuando, por fin, conseguí comprar el libro (era de suponer que si se agotan las entradas de sus conciertos, también se agotase la novela) esperaba más de lo mismo. Es decir, una historia audaz, urbana, real, dura, sincera, a corazón palpitante abierto, en un estilo descarnado y, sin embargo, rebosante de poesía. ¿Quién dijo que no hay lírica en ese “me levanté hasta los huevos de vivir”?


Así se despierta una mañana don Severino, el protagonista de esta novela. Cansado y tremendamente aburrido. Tanto que es capaz de transmitírselo al lector página tras página en una cotidianidad repleta de hastío que te plantea si acaso nuestras vidas no son iguales: rectas, ordenadas, marcadas, sin oportunidad de volar, sin fantasía…


De fantasía tiene mucho esta obra, cargada de metáforas (en ocasiones, demasiado fáciles) que nos hacen reflexionar en torno a si estamos donde queremos estar o si somos lo que queremos ser. El problema es que este simbolismo, esa revolución que tiene lugar en el interior del personaje (y por simpatía o empatía en nosotros mismos), es redundante y te quedas con la sensación que llevas 100 páginas leyendo lo mismo. Afortunadamente, un último giro, muy jugoso, hace que esta historia sobre el individualismo y la libertad reconvertida en cuento de hadas te deje buen sabor de boca.

1 comentario:

  1. La leí hace tiempo porque me encanta Extremoduro y sus canciones. A pesar de que a Robe se le va la olla en varias ocasiones en el libro, creo que es bueno, es una gran reflexión sobre el ser humano y el ritmo de vida actual. Además, encontré muchas referencias a las canciones de Extremo. Un saludo.

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