17 de noviembre de 2012

Más que una metáfora


No me atrapes en tus ojos.
No me toques.
Bajo esta piel suave el sexo es impuro. 

Sucio.
Mi voz de niña
es el gemido moribundo de una anciana.
Y estos zapatos de tacón
no están ahí para hacerme más mujer.
Los utilizo para torturarme,
para llorar de dolor,
y que caminar sobre llagas
sea más que una metáfora.

1 comentario:

  1. Vaya. Estaba a punto de pedirte que volvieras. De confesarte que me emociona esa candidez tan desgarrada. De desear que los años no ahoguen tu rabia

    ResponderEliminar