29 de mayo de 2012

April Wheeler


La culpa es de Richard Yates, que me dejó en estado de shock con ‘Revolutionary Road’, un drama del que no he podido desprenderme en los últimos tres años. Desde entonces tengo a April Wheeler en el hombro, haciéndome reflexionar sobre nuestras vidas irremediablemente vacías.

Esta novela atiza fuerte al lector, porque precisamente habla de nuestros ideales. Habla de mí. Encontrarme a mí misma negro sobre blanco me produjo una fuerte conmoción, haciendo cierto ese dicho de que hay libros que te cambian la vida. Habla de mis sueños. De mis frustraciones. De mis ansias de vivir la vida como si importara, aunque parezca que estoy loca de atar. De mi hipocresía. De mis miedos, porque hace falta mucho valor para tener la vida que uno quiere. De mi anhelo de liderar una revolución desde el mismo fondo del corazón, aunque sea consciente de que sería una revolución imposible. O quizá no.

Gracias, April. Sin ti no habría podido. Ahora miro hacia delante y el futuro se ilusiona. 


Y la literatura volvió a hacer magia. 

No hay comentarios:

Publicar un comentario