17 de mayo de 2011

Siguiendo a Tyler Durden

Todavía a veces me entran ganas de exclamar “bendito Hollywood!”. Por qué? Porque si no fuera por él, nunca me habría acercado a Chuck Palahniuk para leer ‘El club de la lucha’, primero, y ‘Asfixia’, después. Y si el primero me marcó, el segundo me ha dejado absolutamente fascinada, Tyler Durden, que ha cambiado de nombre, mediante.

Porque se llame como se llame, lo importante es el talento que se esconde en esta mente, que algunos creen enferma, pero que no es más que un lugar en el que las verdades no se hacen de rogar. Podemos creer que vivimos seguros y protegidos en nuestras casas de suelos de parqué, en nuestros trabajos de ocho horas en oficina climatizada, en nuestros coches asegurados a todo riesgo, hasta que abres esta novela y te golpea. Le pega una patada donde dicen que más duele a los arcaicos valores de nuestra sociedad, a sus tabúes, con un estilo irreverente, mordaz, repleto de humor negro, en el que el genial escritor demuestra, un vez más, que no tiene un solo pelo en la lengua.

El protagonista de la novela es Victor Mancini, un fracasado con problemas de adicción al sexo, cuya madre, una ex convicta poco cuerda (o quizá mucho, quién sabe), espera su muerte en una carísima clínica privada. Este antihéroe provocador, y provocativo, se irá degradando hasta límites insospechados, haciendo gala de una curiosa comicidad cruel.

En definitiva, un retrato tragicómico, que no dejará indiferente a nadie. A ver si después de su lectura sois capaces de mirar con los mismos ojos complacientes vuestros muebles de Ikea, vuestro contrato indefinido o vuestro auto de marca japonesa. Yo no.

No hay comentarios:

Publicar un comentario