Añicos de cristal sobre la alfombra roja.
Ya no alimento enanos.
Me enamoro de bestias
que acarician con sus zarpas peludas
de uñas negras.
Y se pudren las rosas.
No necesito preguntar
a un espejo
para saber que no soy la más bella.
No soy una princesa.
Acaso es azul la sangre
que brota entre mis muslos?
No hay comentarios:
Publicar un comentario