La decisión es seguir, aunque duela, aunque siga doliendo el
resto de la vida. He esperado todas estas semanas levantarme una mañana, salir
a la terraza y comprobar que había llegado el Apocalipsis, que Madrid había
sido destruida. Como yo. Cómo era posible que la vida continuara como si nada
hubiera pasado? Día tras día, todo seguía en pie. Qué sinsentido!
Qué sinsentido volver allí y que no estés, que no estéis. Qué
sinsentido tatuarme un 33 en el pie para sentirte más cerca. Qué sinsentido
prometerte ir más a Huerta hace apenas dos meses. Para qué si no voy a encontrarte?
Sin embargo, no duele ni el lugar ni la memoria. Al
contrario, atesoro una fortuna en forma de buenos recuerdos y de enseñanzas que
me hacen mejor, porque siempre serás la mejor parte de mí, mi Sam Sagaz que se
disfrazaba de Gandalf para pasar desapercibido. Duelen los recuerdos futuros de
un presente incompleto. Pero presente al fin y al cabo. Presente. Aquí y ahora.
Por eso, anoche decidí que hay que seguir, que la vida sigue
girando y le voy a conceder este baile con mucho gusto. Que a ti te gustaría
que siguiera bailando, sin parar, cumpliendo sueños. Me queda todo por hacer y,
aunque ya no estés, estás.
El Principito me enseñó que un puñado de afortunados tenemos
estrellas en el cielo capaces de hacernos reír. Y yo tengo dos. Dos supernovas
enormes que me acompañan. Dos tesoros que me enseñaron lo maravilloso que puede
ser estar vivo. Mis ángeles. Mis amigos.
Aquí estáis, dentro de mí, lo noto, mi corazón late a ritmo
de ska. Por eso, hoy me pongo los zapatos rojos y vuelvo al camino de baldosas
amarillas. Y vosotros os venís conmigo. Para siempre.
Me alegra leerte así pequeña. Adelante con el camino de baldosas amarillas! :-)
ResponderEliminarTe quiero, María